Se dice que una persona es ninfómana cuando está obsesionada con el sexo. Como todas las adicciones, la falta de sexo puede causar una profunda depresión.
Así que la respuesta es sí. La ninfomanía, que no debe confundirse con la hipersexualidad (tener un gran apetito sexual), es efectivamente una enfermedad. Es un comportamiento patológico y adictivo que no se puede curar por sí mismo. Se caracteriza por una necesidad compulsiva de hacer el amor sin preocuparse por la personalidad, la apariencia o la pareja con la que puedan satisfacer esta necesidad inminente. La mujer ninfómana es incapaz de mantener una sola relación. Dejará que sus impulsos la abrumen en el trabajo, en su vida social y familiar. A veces incluso se ponen en peligro al prescindir de la protección íntima porque el impulso es muy fuerte.
La ninfomanía es un mecanismo de defensa sintomático de un problema no resuelto. Hay que encontrar la causa de esta infelicidad y buscar una terapia para entender esta adicción. También hay tratamientos médicos que inhiben la libido. El único inconveniente es que los pacientes se vuelven dependientes de esta medicación y las ganas vuelven a aparecer después de dejarla.
La ninfomanía no es una fatalidad y se trata como cualquier otra patología. Con paciencia y un terapeuta de confianza, es posible que descubran la sexualidad desde un ángulo diferente.