¡Al menos esa es toda la promesa que ofrece el llamado puesto de tenedor! Si no le suena el nombre, estamos seguros de que ya lo ha hecho y lo ha disfrutado.
El proceso es sencillo: el que recibe la penetración se tumba de espaldas y el que penetra se tumba de lado perpendicularmente a la pelvis del otro. A continuación, el compañero receptor debe levantar la pierna y colocarla sobre el hombro del otro para poder avanzar, meterse entre las piernas y, sobre todo, penetrar al que está tumbado.
Bueno, eso es un poco de galimatías. Para ayudarte, aquí tienes la posición ilustrada:
Es una posición intensa y excitante para ambos miembros de la pareja. Porque ofrece tanto un ángulo perfecto de penetración como una alquimia entre ellos ya que el contacto visual está ahí durante todo el acto…
En cuanto a los esfuerzos, ¡el que penetra trabaja mientras que el que recibe ahorra energía!